La didáctica es el arte de enseñar. Como tal,
es una disciplina de la pedagogía, inscrita en las ciencias de la educación,
que se encarga del estudio y la intervención en el proceso
enseñanza-aprendizaje con la finalidad de optimizar los métodos, técnicas y
herramientas que están involucrados en él. La palabra proviene del griego
διδακτικός (didacticós), que
designa aquello que es ‘perteneciente o relativo a la enseñanza’.
En este sentido, la didáctica tiene dos
expresiones: una teórica y otra práctica. A nivel teórico, la didáctica
estudia, analiza, describe y explica el proceso enseñanza-aprendizaje para, de
este modo, generar conocimiento sobre los procesos de educativos y postular el
conjunto de normas y principios que constituyen y orientan la teoría de la
enseñanza.
A nivel práctico, por su parte, la didáctica funciona
como una ciencia aplicada, pues, por un lado, emplea las teorías de la
enseñanza, mientras que, por otro, interviene en el proceso educativo
proponiendo modelos, métodos y técnicas que optimicen los procesos
enseñanza-aprendizaje
Como didáctica general designamos el conjunto
de normas en que se fundamenta, de manera global, el proceso de
enseñanza-aprendizaje, sin considerar un ámbito o materia específico. Como tal,
se encarga de postular los modelos descriptivos, explicativos e interpretativos
aplicables a los procesos de enseñanza; de analizar y evaluar críticamente las
corrientes y tendencias del pensamiento didáctico más relevante, y, finalmente,
de definir los principios y normas generales
de la enseñanza, enfocados hacia los objetivos educativos. Su
orientación, en este sentido, es eminentemente teórica.
Didáctica diferencial
La didáctica diferencial o diferenciada es
aquella que se aplica a situaciones de enseñanza específicas, donde se toman en
consideración aspectos como la edad, las características del educando y sus
competencias intelectuales. Por lo tanto, la didáctica diferencial entiende que
debe adaptar los mismos contenidos del currículo escolar a diferentes tipos de
audiencia. Por ejemplo, el mismo tema de historia universal se presentará de
maneras distintas a los siguientes grupos: adolescentes, personas con
necesidades especiales, adultos cursando estudios secundarios en un instituto nocturno.
Didáctica especial
a didáctica especial, también denominada
específica, es aquella que estudia los métodos y prácticas aplicados para la
enseñanza de cada campo, disciplina o materia concreta de estudio. En este
sentido, establece diferenciaciones entre los métodos y prácticas empleados
para impartir conocimiento, y evalúa y determina cuáles serían los más
beneficiosos para el aprendizaje del alumnado según el tipo de materia. Por
ejemplo, la didáctica especial entiende que los métodos y dinámicas para
enseñar disciplinas tan dispares como el lenguaje, las matemáticas, o la
educación física deben partir de principios de abordaje distintos.
·Pone en tela de
juicio cuando se dice. Siempre encuentra un “pero”.
· Inicia
discusiones y aveces interrumpe el ritmo de la clase.
·Facilita la
comunicación entre los miembros de la clase y atrae su atención
A.
·Tratará de hacer
caer en alguna trampa a la persona que dirige el grupo.
·Cortar con
autoridad un ataque personal velado o directo.
·Ponerle en un
aprieto de forma que necesite la ayuda de los demás.
·En algunos casos,
dirigir sus objeciones hacia el grupo.
·Reforzar las
intervenciones sinceras.
2.EL ASTUTO
·Se aprovecha de
la debilidad psicológica o científica de un compañero para rebatir sus
argumentos.
·Suele dominar el
“trato de gentes” para convencer con su habilidad, está atento a la postura
mayorista y evita el enfrentamiento directo.
B.
·Mirarle con
frecuencia y hacerle preguntas directas, especialmente utilizando sus
conocimientos y experiencia.
·Hacerle un
pequeño resumen para centrarle.
·Reforzar
positivamente su participación.
3.EL PEDANTE
·Mantiene una
actitud de superioridad respecto al grupo.
·Su intervención
es de alto nivel científico o técnico.
C.
·Cortar, con tacto,
aprovechando una respiración o pequeña pausa su intervención.
·Hacerle preguntas
de reflexión y pedirle que sea breve y conciso.
4.EL LOCUAZ O CHARLATÁN
·Habla
continuamente, aunque no tenga conocimientos del tema, se “enrolla” y da
detalles superfluos y sin importancia.
D.
·Preguntarle
directamente sobre su trabajo y exigirle soluciones.
·Inducirle a
presentar ejemplos sobre los asuntos que más directamente le afectan.
·Reforzar
cualquier manifestación positiva.
·Darle ciertas
responsabilidades.
5.EL TÍMIDO.
· No
interviene, se limita a asentir si está de acuerdo con una intervención o a
permanecer callado sí esta en contra.
· Se queda
con dudas por no preguntar.
E.
·Agradecer su
intervención, pero pedirle que la repita en términos más sencillos. Utilizar
la técnica del “sí, pero…”
·Pedir su opinión
ante un tema que no domine y mantener una actitud de respeto, para hacerle
ver que el respeto se dirige a la persona y no a su sabiduría.
6.EL POSITIVO
·Es una persona
práctica en su manera de actuar, se centra en el tema y participa si
considera que puede aportar algo nuevo o aclarar algún concepto.
·Es trabajador,
ordenado, colaborador y responsable.
·Buen conciliador
para el grupo.
F.
·No dejarse
enredar por él, usar el método para neutralizarle.
·Escucharle
atentamente, replantear la discusión englobando las aportaciones de todos y
pedirle que reflexione y modere su participación para dejar la palabra a los
demás.
·Imponer la
autoridad del profesor en último extremo.
7.EL SABELOTODO
·Tiene afán de
protagonismo, da su opinión siempre y no deja hablar a nadie.
·Se cree en
posesión de la razón y quiere convencer a los demás de que su aportación es
muy importante y aclaratoria.
G.
·Su intervención
es muy útil en la discusión.
·Reforzar sus
intervenciones y darle la palabra en momentos críticos (silencios,
discusiones, etc. )
8.EL AUSENTE.
·Nunca participa,
esta distraído y ensimismado en sus pensamientos.
·Puede tener
distintas facetas: desmotivado, vago, preocupado, desorientado.
H
·Otorgarle la
palabra directamente ante cuestiones muy fáciles, infundirle sentido de
seguridad y confianza en sí mismo.
·Reforzar
positivamente su intervención por el solo hecho de producirse.
·No conformarse
con una respuesta evasiva o monosílaba.
9.EL CERRADOOREFRACTARIO
·Se opone a todo y
no está de acuerdo con nada, pero no aporta soluciones.
·Se sitúa fuera
del grupo y no se relaciona con él.
I.
·No defenderle del
ataque de los demás alumnos.
·Valorar lo
positivo de sus aportaciones y corregir sus errores.
·Detenerle, con
preguntas difíciles, y favorecer la del resto del grupo, incluso comentando
sus teorías.
Basada en textos de Renzo Titone y de Imideo
Nérici
Cuando se realiza una clasificación de métodos
suele hacerse de manera muy personal, de acuerdo a experiencias e
investigaciones propias. En este texto, he preferido valerme de clasificaciones
tradicionales, fundamentalmente por la utilización del lenguaje y la
terminología, de todos conocida. No obstante, me he permitido variar la
nomenclatura en algún momento, con el fin de adaptarla mejor a los tiempos, los
avances en el conocimiento del aprendizaje y la relación con las nuevas
tecnologías en la educación.
1. Los métodos en cuanto a la forma de razonamiento
1.1. Método deductivo
Cuando el asunto estudiado procede de lo
general a lo particular. El profesor presenta conceptos, principios o
definiciones o afirmaciones de las que se van extrayendo conclusiones y
consecuencias, o se examinan casos particulares sobre la base de las
afirmaciones generales presentadas. Si se parte de un principio, por ejemplo el
de Arquímedes, en primer lugar se enuncia el principio y posteriormente se
enumeran o exponen ejemplos de flotación…
Los métodos deductivos son los que
tradicionalmente más se utilizan en la enseñanza. Sin embargo, no se debe
olvidar que para el aprendizaje de estrategias cognoscitivas, creación o
síntesis conceptual, son los menos adecuados. Recordemos que en el aprendizaje
propuesto desde el comienzo de este texto, se aboga por métodos experimentales
y participativos.
El método deductivo es muy válido cuando los
conceptos, definiciones, fórmulas o leyes y principios ya están muy asimilados
por el alumno, pues a partir de ellos se generan las ‘deducciones’. Evita
trabajo y ahorra tiempo.
1.2. Método inductivo
Cuando el asunto estudiado se presenta por
medio de casos particulares, sugiriéndose que se descubra el principio general
que los rige. Es el método, activo por excelencia, que ha dado lugar a la
mayoría de descubrimientos científicos. Se basa en la experiencia, en la
participación, en los hechos y posibilita en gran medida la generalización y un
razonamiento globalizado.
El método inductivo es el ideal para lograr
principios, y a partir de ellos utilizar el método deductivo. Normalmente en
las aulas se hace al revés. Si seguimos con el ejemplo iniciado más arriba del
principio de Arquímedes, en este caso, de los ejemplos pasamos a la ‘inducción’
del principio, es decir, de lo particular a lo general. De hecho, fue la forma
de razonar de Arquímedes cuando descubrió su principio.
1.3. Método analógico o comparativo
Cuando los datos particulares que se presentan
permiten establecer comparaciones que llevan a una solución por semejanza hemos
procedido por analogía. El pensamiento va de lo particular a lo particular. Es
fundamentalmente la forma de razonar de los más pequeños, sin olvidar su
importancia en todas las edades.
El método científico necesita siempre de la
analogía para razonar. De hecho, así llegó Arquímedes, por comparación, a la
inducción de su famoso principio. Los adultos, fundamentalmente utilizamos el
método analógico de razonamiento, ya que es único con el que nacemos, el que
más tiempo perdura y la base de otras maneras de razonar.
2. Los métodos en cuanto a la organización de la materia
2.1. Método basado en la lógica de la
tradición o de la disciplina científica
Cuando los datos o los hechos se presentan en
orden de antecedente y consecuente, obedeciendo a una estructuración de hechos
que va desde lo menos a lo más complejo o desde el origen hasta la actualidad o
siguiendo simplemente la costumbre de la ciencia o asignatura. Estructura los
elementos según la forma de razonar del adulto.
Es normal que así se estructuren los libros de
texto. El profesor es el responsable, en caso necesario, de cambiar la
estructura tradicional con el fin de adaptarse a la lógica del aprendizaje de
los alumnos.
2.2. Método basado en la psicología del alumno
Cuando el orden seguido responde más bien a
los intereses y experiencias del alumno. Se ciñe a la motivación del momento y
va de lo conocido por el alumno a lo desconocido por él. Es el método que
propician los movimientos de renovación, que intentan más la intuición que la
memorización.
Muchos profesores tienen reparo, a veces como
mecanismo de defensa, de cambiar el ‘orden lógico’, el de siempre, por vías
organizativas diferentes. Bruner le da mucha importancia a la forma y el orden
de presentar los contenidos al alumno, como elemento didáctico relativo en
relación con la motivación y por lo tanto con el aprendizaje.
3. Los métodos en cuanto a su relación con la realidad
3.1. Método simbólico o verbalístico
Cuando el lenguaje oral o escrito es casi el
único medio de realización de la clase. Para la mayor parte de los profesores
es el método más usado. Dale, lo critica cuando se usa como único método, ya
que desatiende los intereses del alumno, dificulta la motivación y olvida otras
formas diferentes de presentación de los contenidos.
3.2. Método intuitivo
Cuando se intenta acercar a la realidad
inmediata del alumno lo más posible. Parte de actividades experimentales, o de
sustitutos. El principio de intuición es su fundamento y no rechaza ninguna
forma o actividad en la que predomine la actividad y experiencia real de los
alumnos.
4. Los métodos en cuanto a las actividades externas del alumno
4.1. Método pasivo
Cuando se acentúa la actividad del profesor
permaneciendo los alumnos en forma pasiva. Exposiciones, preguntas, dictados...
4.2. Método activo
Cuando se cuenta con la participación del
alumno y el mismo método y sus actividades son las que logran la motivación del
alumno. Todas las técnicas de enseñanza pueden convertirse en activas mientras
el profesor se convierte en el orientador del aprendizaje.
5. Los métodos en cuanto a sistematización de conocimientos
5.1. Método globalizado
Cuando a partir de un centro de interés, las
clases se desarrollan abarcando un grupo de áreas, asignaturas o temas de
acuerdo con las necesidades. Lo importante no son las asignaturas sino el tema
que se trata. Cuando son varios los profesores que rotan o apoyan en su
especialidad se denomina Interdisciplinar.
En su momento, en este mismo texto, se explica
minuciosamente la estrategia trasversal y las posibilidades de uso en las
aulas.
5.2. Método especializado
Cuando las áreas, temas o asignaturas se
tratan independientemente.
6. Los métodos en cuanto a la aceptación de lo enseñado
6.1. Dogmático
Impone al alumno sin discusión lo que el
profesor enseña, en la suposición de que eso es la verdad. Es aprender antes
que comprender.
6.2. Heurístico o de descubrimiento (del
griego heurisko: enseñar)
Antes comprender que fijar de memoria, antes
descubrir que aceptar como verdad. El profesor presenta los elementos del
aprendizaje para que el alumno descubra.
No se debe
olvidar que la variedad de actividades, la flexibilidad de materiales
presentados y de técnicas docentes (diversidad en recursos de motivación, de
refuerzos, de estilos de presentación, etc.) se relacionan positivamente con
el logro de los objetivos (Rosenshine).
Por ello,
es conveniente tener presentes unas pautas al preparar las lecciones.
En cuanto al contenido
En la
exposición se transmiten un conjunto de ideas, conceptos, esquemas
argumentales, pruebas, etc. Este contenido debe cumplir unas condiciones para
que sea eficaz su captación y su aprendizaje.
·Adecuación: la primera condición para que el alumno capte su mensaje es que se adapte
a sus posibilidades intelectuales, capacidad y preparación de base.
·Claridad de ideas: para que se capte una idea es necesario clarificarla, para lo que a veces
habrá de auxiliarse de la pizarra , de los ejemplos, de los modelos, etc.
·Secuencialidad: esas ideas claras en sí deben enlazarse formando una explicación
coherente, donde los pasos deben estar graduados en creciente dificultad,
evitando que el alumno se pierda en la trama argumental porque el profesor hace
pasos en falso. Si el alumno se queja de perderse en la explicación es
necesario revisar este punto.
·Selección: se
debe considerar qué es lo más fundamental de las lecciones para destacarlo y
ceñirse a lo mismo, evitando digresiones y divagaciones secundarias que a veces,
restan tiempo para dedicarlo a lo que es más importante. Además, el
alumno puede desorientarse, sin saber qué es lo más importante de lo explicado.
·Ritmo: un ritmo excesivamente rápido de presentación de materia, que los alumnos
no pueden captar, es una pérdida de tiempo, aunque el profesor quede satisfecho
de haber dado todo el programa.
El ritmo
debe ajustarse a las posibilidades intelectuales de los alumnos, a la
dificultad relativa de la materia para ellos, a la importancia objetiva del
tema, al tiempo disponible, etc. No podrá explicarse con el mismo ritmo un tema
principal y un secundario; un tema difícil y otro fácil.
En cuanto a la forma externa de la lección
Es
frecuente, en cualquier libro, artículo o trabajo, encontrar una distribución
de partes similar: introducción, desarrollo y conclusiones, como esquema de
pensamiento más común.
En la
lección también se ha propugnado este esquema.
Introducción: en ella se trata de
disponer positivamente a los alumnos hacia el aprendizaje de la misma. Comprende
unos momentos de motivación, interesándoles por el estudio de la lección.
Conviene
que el profesor presente el contenido de una forma resumida y esquematizada, a
fin de que le sigan en el desarrollo.
En esta
presentación, la lección debe estar encuadrada en un contexto más amplio:
lecciones precedentes y siguientes.
Como
elemento importante de la introducción, está la presentación de los objetivos
del aprendizaje, es decir, qué pretende que alcancen y en qué nivel y cómo
comprobará los resultados.
Desarrollo: el cuerpo o centro de la lección donde
entran en juego no sólo el contenido, sino también las técnicas de
presentación.
Conclusión: al final de cada parte del tema que tenga
una cierta entidad, o de la lección, o de un tema general que abarca varias
lecciones, se impone que el profesor reúna las ideas principales, relacione
entre sí, del modo más estructurado posible, los contenidos. El control del
aprendizaje se realiza en todo el transcurso expositivo, pero aquí
conviene comprobar si los alumnos alcanzaron o no los objetivos señalados
al principio.
También
entran en juego las técnicas de fijación que haya empleado en el desarrollo si
lo considera necesario.
En muchas
asignaturas convendrá incluir las aplicaciones del tema a la vida práctica o a otros
campos.
Tal vez se
olvida que la estructura de la lección, para que sea percibida por los alumnos,
debe explicarse, tanto en el esquema inicial como en integración final.
En cuanto a las técnicas expositivas y recursos empleados
Partiendo
del peligro de distracción que lleva inherente toda clase expositiva, el
profesor debe recurrir bien a la motivación, despertando el interés cuando
decae, bien empleando la variación de estímulos, bien anécdotas y ejemplos,
etc.
El
profesor debe preocuparse por la fijación del aprendizaje, para lo que es útil
el empleo de reiteraciones y resúmenes, que unidos a lo que llamamos
focalizaciones centran la fijación en unos contenidos esenciales.
El
control, distinto de la evaluación, debe estar presente, pero como control del
proceso del aprendizaje, que lleve a la conciencia de los alumnos que se trata
de seguir su proceso para corregirlo, no de un afán de calificaciones.
Las
actividades, bien como control, bien como cambio de estímulo, bien como
fijación o como desarrollo lo mismo que la interacción verbal, pueden
distribuirse en el transcurso de la lección para mantener al alumno en
cooperación participativa.
Los
recursos o ayudas audiovisuales serán elementos también presentes para hacer
más eficaz la comunicación.